Por Julio Yovera.
El vasallaje de las clases dominantes es un viejo lastre que ha empobrecido material y espiritualmente al país. El entreguismo de las viejas castas feudales, de la aristocracia criolla, de la gran burguesía en todos sus matices, atraviesa como un cáncer la historia republicana.
En los años de Fujimori el país, en el contexto de la globalización neoliberal, llegó al fondo de la desvergüenza, y no se ha salido de ahí, con el agravante que el gobierno actual está dispuesto a seguir la misma senda. De paso, el régimen parece estar interesado en pasar a la historia catapultando su entreguismo.
La traición de los actuales gobernantes no es cuestión de estilo; tiene que ver con con el perfil, la vocación y la trayectoria de las clases dominantes.
En los años en los que la burguesía chilena azuzó a su soldadesca para que cometan los peores actos de pillaje en esta parte de América Latina, el vasallaje fue la respuesta de los grupos de poder.Mientras Andrés Avelino Cáceres se atrincheraba en la cordillera y alentaba la formación de grupos de resistencia con el pueblo; los Prado, los Iglesias, los hacendados del Sur y del Norte, recibían a los Lynch y sus secuaces con ramos de flores; entregaban a sus mujeres con la esperanza de que el invasor no atentara contra sus bienes.
Su cobardía y la defensa de sus intereses mezquinos les bloqueaba toda acción defensiva y les estimulaba su entreguismo. Perú y Chile han sufrido las mismas formas de dominación, del imperio inglés primero y del norteamericano después.
Ellos, igual que nosotros, también tuvieron gobiernos que defendieron cerradamente los intereses de los grupos de poder. González Videla llegó a la presidencia con una propuesta popular y sin embargo terminó imponiendo políticas del gran capital y reprimiendo al pueblo. Ni qué decir del régimen de Pinochet, responsable de asesinatos selectivos y masivos, además de la implementación del modelo que ha acentuado en el mundo la miseria: el neoliberalismo.
Hoy el pueblo de Chile es víctima de un régimen que de socialista ya no tiene ni el discurso. Es de sobra conocido que la señora Bachelet aplica un modelo económico que heredó de Lagos y éste del sanguinario carnicero.
No es extraño que la gran burguesía sureña alimente odios irracionales valiéndose de un discurso fundamentalista y una corriente de opinión ignorantona, que asimila con facilidad los sentimientos anti peruanos que le promueven sus patrones.Lo lamentable es que el espécimen “socialistas” se ha puesto a la cola y al servicio de esa política.
Los planes de la gran burguesía chilena son parte de su vocación hegemónica y temperamento testaferro; la burguesía peruana, en cambio, solo practica lo segundo. Es buena socia en asuntos de menor cuantía y no tiene reparos en entregar los cielos del país, los recursos naturales, las empresas estratégicas, las tierras de cultivo. En el desepeño de esa función cuenta con una cofradía de generadres de "opinión pública" que machacan este estribillo: hay que dar facilidades para la inversión, sólo así habrá desarrollo".
En el Perú desde los años iniciales de la República siempre hubo inversión, dónde está el desarrollo?Como si la angurrienta burguesía chilena no se saciara nunca y como si la burguesía peruana estuviera dispuesta a rematar lo que no es de ella, a través de García ha puesto en marcha un TLC que es un monumento al más sumiso de los entreguismos. Basta decir que explícitamente el documento omite el dominio del Perú sobre el mar territorial. Basta decir que se ha firmado de espaldas al país porque es lesivo a nuestros intereses y absolutamente indefendible.
Y a pesar de ello, políticos y periodistas defienden lo indefndible. A gente así el poeta Neruda llamó:
“Enanos amasados como píldoras
en la botica del traidor,
ratonesdel presupuesto,
mínimos mentirosos,
cicateros de nuestra fuerza,
pobres mercenarios
de manos extendidas
y lenguas de conejos calumniosos” *
Esos cicateros, pobres mercenarios, conejos calumniosos hacen lo suyo pero hasta el sentido común señala que el TLC con Chile tiene que reformularse. La integración de América Latina no es necesariamente sumisión de un país a otro.
En esa campaña de defensa de los intereses de la patria todos debemos estar juntos, incluyendo a los apristas honrados, que los hay.
* Fragmento de Canto General, Pablo Neruda.
miércoles, 18 de marzo de 2009
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Datos personales
- Julio Yovera Ballona
- Nació en Ccatacaos, distrito del departamento de Piura que en el periodo prehispánico fue capital de la cultura Tallán. Estudió Licenciatura y Maestría en Educación en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es autor de: Pedagogía Popular en la Escuela; Horacio, Maestro y Líder; Testimonio para Micaela (poesía), Canciones de la Lluvia (poesía), Víctor Pablo Salvador (poesía); Educación en Valores (varios autores); Julio C.Tello, maestro (varios autores); Detrás de la Crisis de la Educación (debate). Ejerce la docencia universitaria.
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